sábado, 9 de octubre de 2010

EL COMPROMISO CON LA VERDAD

Es posible que la biografía de Artur Domoslawsky sobre Kapuscinski haga repensar en que es más factible tomarlo como referente de la escritura, que como periodista. No por ello estaríamos minimizando su labor, sino reivindicándolo

Por Nadia Moser - nadumoser@hotmail.com

La primera biografía del gran cronista y escritor Ryszard Kapuscinski, ha armado un gran revuelo en Polonia, donde su viuda intentó sin éxito parar su publicación. El libro Kapuscinski non fiction, de Artur Domoslawski, pone en duda la veracidad de algunos textos y declaraciones de uno de los grandes referentes del periodismo.

La misión de los hombres de prensa debe estar orientada al objetivo de servir a la verdad informativa, desde una elaboración precisa y clara del contexto en el que cada hecho o cada noticia se recortan. Es posible que Kapuscinski pasara de la no ficción a la ficción sin alterar la esencia del relato, simplemente para enriquecerlo estéticamente o para facilitar su lectura. Algo que, de todos modos, no justificaría que el autor pasara por escritos periodísticos a textos que eran pura ficción.

Una información descontextualizada, confusa, puede convertirse, aún sin la intención expresa de quien la transmite, en una información falsa o inexacta.
El periodista debe ser veraz en su actividad profesional; una información debe respetar la integridad de quienes la protagonizan o de terceras personas, obteniéndose siempre con dignidad. Deberá, además, servir a los intereses de su empresa y de sus lectores, respetando siempre los dos preceptos anteriores.

La información tiene como regla ética central la veracidad. Se informa sobre lo verdadero, no una verdad absoluta ya que la misma no existe, pero debemos acercarnos a ella tanto como nos sea posible.

Para hacer honor a este compromiso, el periodista cuenta con algunos instrumentos tan antiguos como fundamentales: su sentido ético, su inteligencia analítica, su vocación de servir a la verdad. Esas armas deben ser suficientes para llevar a cabo su labor de manera responsable.

Kapuscinski se debate entre la realidad y la ficción, posee un método de trabajo que se basa en escribir de acuerdo a sus recuerdos, algo que provoca que datos veraces se filtren, se desechen.

Lo que se debate es de qué manera su obra le juega limpio al lector, al que se fía de su palabra, el receptor de su trabajo y el que juzgará su actividad con todo el poder que le confiere.

El hombre de prensa construye su excelencia profesional en base a tres valores: el compromiso con la verdad, la responsabilidad social y la independencia. Éstos forman la columna vertebral de los códigos de ética que no son reglamentos ni normas, sino guías que señalan cuál es el rumbo de la excelencia profesional.

Cuando Kapuscinski afirmó que el periodismo no era un oficio para cínicos, dejó en claro la responsabilidad que poseía al ejercer su profesión, así como su compromiso con los hechos.

Es posible que la biografía de Artur Domoslawsky sobre el escritor polaco haga repensar en que es más factible tomarlo como referente de la escritura, que como periodista. No por ello estaríamos minimizando su labor, sino reivindicándolo en lo que realmente era bueno.

Como lectora de noticias y estudiante, reprocho el método del legendario corresponsal de Polonia, no así su obra.

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